Como vicepresidenta de una empresa de tecnología para la educación, constantemente veo las cosas increíbles que pueden hacer los niños y lo rápido que aprenden usando la tecnología. Una maestra hasta llegó a decirme que: “La tecnología no es solo una parte de su mundo, ¡es SU mundo!”
Esta suposición tan difundida de que los niños tienen una aptitud innata para la tecnología se ha convertido en el término “nativo digital”. Un nativo digital es una persona que nació después de 1984 y que se crió en la era digital (es un término acuñado en el artículo “Nativos digitales, inmigrantes digitales” de Marc Prensky de 2001). Lo gracioso es que a los nativos digitales también se los llama “homo zappiëns”. Los inmigrantes digitales somos nosotros, los que llegamos a la tecnología siendo adultos.
Sin embargo, la realidad es que los “nativos digitales” no existen. Nadie nació dotado de herramientas tecnológicas, todos tenemos que aprenderlas. En esencia, nuestros hijos no son tan distintos de nosotros, y a pesar de que hoy en día los niños crecen rodeados de tecnología, tenemos que enseñarles a usarla de manera eficaz.
También existen algunas creencias sorprendentes, que probablemente usted tenga acerca de la capacidad tecnológica de su hijo, que seguramente no son ciertas. Estos son tres mitos acerca de ser padres (¡y enseñar!) en la era digital y las soluciones para estos mitos.
Primer Mito Los niños saben instintivamente cómo usar la tecnología
Es posible que los niños usen la tecnología muchísimo, pero su rango es bastante limitado y poco profundo. Se manejan bien con lo básico (correo electrónico, mensajes de texto, navegar por Internet, etc.), pero en lo que respecta a usar la tecnología para aprender, el suyo es más bien un consumo pasivo de información.
El informe Kids Online de la Unión Europea señaló que “El hecho de que los niños saben más que los padres es una exageración… Hablar de nativos digitales oscurece la necesidad de apoyo que tienen los niños para desarrollar sus herramientas digitales”.
Entretanto, según una encuesta del Pew Research Center, los niños probablemente sepan mucho de redes sociales y convenciones de uso, pero no son conscientes de la diferencia entre Internet y la “World Wide Web” (Red informática mundial) o de qué significa la Neutralidad de la Red.
Solución 1 Es Hora de Enseñar
Necesitamos mostrar a los niños cómo usar la tecnología para aprender conceptos del mundo real y resolver desafíos cotidianos. Comparta sus conocimientos acerca de cómo acceder a buscadores, dar formato a documentos y adoptar la innovación. Mediante conversaciones sobre cómo pueden adquirir más herramientas a consciencia, su hijo sabrá que está bien no saber todo sobre tecnología.
Segundo Mito Los niños son buenos haciendo muchas cosas a la vez
Los niños tienen agendas cada vez más apretadas, así que es probable que tengan que hacer muchas cosas a la vez cambiando de tarea frecuentemente y/o usando diferentes tipos de medios al mismo tiempo. Algunos estudios indican que eso es una carga pesada para nuestro sistema cognitivo, por eso, a las personas que sistemáticamente hacen muchas cosas a la vez les termina tomando más tiempo cambiar su foco de atención y les cuesta más filtrar la información irrelevante. (Sí, acabo de decir que las personas que hacen muchas cosas a la vez son peores haciéndolas). También es posible que los niños terminen estresados por tratar de compensar el tiempo que perdieron cambiando de tarea trabajando más rápido.
Solución 2 Encuentre su foco
Ayude a sus hijos a aprender a enfocarse en la tarea escolar, el correo electrónico o cualquier otra tarea en línea del mismo modo en que se enfocarían en cosas recreativas, como un videojuego o YouTube. Como adulto, usted puede darles el ejemplo apagando sus notificaciones instantáneas y guardando el teléfono de vez en cuando. Desarrollar la capacidad de poder sumergirse en algo por complete será bueno para sus hijos a medida que crezcan y se enfrenten a problemas más difíciles.
Tercer Mito La tecnología (en especial las redes sociales) impide que los niños tengan vidas sanas desde el punto de vista socioemocional
Todos prosperamos cuando proseguimos el aprendizaje socio-emocional, con el que comprendemos y manejamos las emociones, las relaciones y los sentimientos hacia otras personas. Algunas investigaciones señalan que usar la tecnología y las redes sociales puede ponernos ansiosos y deprimidos. Es verdad. Pero la tecnología tiene sus beneficios para hacer conexiones sociales. Por ejemplo, la tecnología mejora las herramientas de comunicación y la creatividad. Fomenta una identidad única y atrae a un círculo diverso de conexiones, de modo que los niños tienen más respeto y tolerancia por las diferencias.
Solución 3 Todo con Moderación
Según el Pew Research Center, los adultos jóvenes envían más mensajes de texto que los mayores, pero hacen casi la misma cantidad de llamadas telefónicas. Esto significa que en realidad se están comunicando más complementando las conversaciones de voz con conversaciones de texto. La clave para comunicarse a través de la tecnología es la moderación. Ayude a sus niños a hacer que sus interacciones sociales sean importantes. Motívelos a unirse o a crear grupos sobre sus intereses y asegúrese de que guarden los teléfonos y otros dispositivos tecnológicos a la hora de comer y dormir.
No hay por qué sentirse intimidado por los “nativos digitales”. Usted conoce a sus hijos mejor que nadie y es probable que sepa tanto de tecnología como ellos. No suponga que porque ellos pueden arreglar la conexión del rúter, registrarse en una aplicación nueva de una red social o dominar un juego en línea, usted no tiene nada para aportarles.
Su hijo necesita su orientación para aprender a manejarse de manera segura y responsable en el mundo digital
La tecnología es solo otra de las tantas cosas que usted le enseña a su hijo a medida que crece y se desarrolla, así que continúe haciendo preguntas, prestando atención y motivándole durante su experiencia. Es posible que descubran que la innovación es para todos y terminen por acercarse más.
Hilary Scharton es la vicepresidenta de estrategia de producto para kínder a 12° grado de Canvas, un sistema de gestión de aprendizaje virtual. Antes trabajaba como psicóloga para los distritos escolares de Utah.