Educadores Excepcionales: Luis Juarez

By Patricia Guadalupe

Luis Juárez es un maestro con una misión: quiere ayudar a los padres hispanohablantes a que aprendan a apoyar el aprendizaje de sus hijos y a forjar relaciones con los maestros y administradores de sus niños.

“Algunos padres no están familiarizados con los maestros y son un poco tímidos para acercarse a ellos cuando no están seguros de qué hacer o no hablan inglés”, explicó Juárez, quien enseña en la William Lipscomb Elementary School de Dallas, Texas, desde hace más de cinco años.

Al ser un maestro latino bilingüe, Juárez está especialmente calificado para ayudar a satisfacer las necesidades de estas familias durante el año escolar. Nos cuenta que es fácil ver que todos los padres—independientemente de su lengua o su cultura—desean lo mejor para sus hijos y quieren hacer lo que sea necesario para ayudarlos a ser exitosos.

“Les ayudo a navegar todo el sistema educativo y trabajo con ellos para que entiendan cómo funciona todo en la escuela y el distrito”, explica Juárez.

Luis es muy apasionado de este trabajo porque sabe de primera mano que la participación familiar es un factor importante en el logro y el desarrollo general de los estudiantes.

Juárez es uno de los 20,000 maestros de los Estados Unidos beneficiaries del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (por sus siglas en inglés, DACA). Ha sido beneficiario del DACA desde que el programa comenzó en 2012. DACA se implementó durante la administración de Obama para proteger a los jóvenes inmigrantes que eran elegibles para ser deportados.

Originario de Monterrey, México, Juárez, como muchos otros inmigrantes, de niño se mudo con su familia a Dallas, Texas, en busca de una vida mejor. La vida en un país nuevo no siempre era fácil, pero Juárez encontró apoyo en su comunidad escolar.

“Mi maestra de lectura me ayudaba a repasar el vocabulario y la ortografía para que yo me sintiera más cómodo con el inglés. Jugábamos un juego de palabras, y yo ni siquiera me daba cuenta de que estaba aprendiendo”, cuenta Juárez. “A ella le preocupaba no solo cómo me iba en la escuela, sino también en casa”.

Estas experiencias pronto inspiraron a Juárez a convertirse en educador. “Mi maestra de lectura y otros de mi escuela me ayudaron a encontrar la manera de progresar, y me dije que eso era lo que quería hacer, ayudar a otros. Y el modo de hacerlo fue convertirme en maestro”, explica.

Motivado por sus maestros y sus padres, quienes le dijeron que seguir estudiando era la actividad más importante que podía emprender, Juárez se graduó del sistema público de Dallas e ingresó en la Universidad de Texas en Austin, donde se especializó en educación —particularmente en educación bilingüe—y siguió su sueño de convertirse en maestro.

Durante sus estudios, continuó teniendo presente su meta inicial: devolver a la comunidad que tanto le había dado y ayudar a la próxima generación de estudiantes. A cada paso, veía ejemplos del gran impacto que tenían los maestros en los estudiantes.

“En todas las escuelas, veía los méritos de ser un buen maestro”, dice. “Yo tenía muchas ganas de progresar y que me fuera bien, y los maestros me motivaban”.

Juárez se graduó de la Universidad de Texas en 2014 y planeaba quedarse en Austin, donde ya le habían ofrecido un empleo, pero sus planes cambiaron cuando asistió a una feria laboral en la que había varios distritos escolares reclutando maestros. Luego de acercarse a la mesa de las escuelas públicas de Dallas para ver qué ofrecía su antiguo distrito escolar, vio a una de sus maestras, Roxanne Cheek Rodríguez.

Rodríguez fue una de las primeras maestras de Juárez en la Thomas C. Marsh Elementary School de Dallas, pero no la había visto ni hablado con ella en unos 10 años, ahora ella era administradora y estaba buscando maestros. Roxanne convenció a Juárez de regresar a Dallas y trabajar con ella en el distrito escolar en el que se había criado.

Solo en Texas, hay casi un millón de estudiantes que dependen de maestros hispanohablantes para que les ayuden con el ingles

“Ella fue una de los maestros que realmente me inspiró y me ayudó cuando recién llegué a los Estados Unidos”, cuenta Juárez. “Parecía cosa del destino”.

Desde entonces, Juárez se ha convertido en un recurso invaluable puesto que no solo está íntimamente relacionado con la comunidad escolar, sino que además es maestro de Matemáticas y Ciencias, tanto en inglés como en español, en el programa de inmersión bilingüe de su escuela.

Según un estudio reciente del Center for American Progress, los estudiantes latinos de la nación representan alrededor del 25% de la población estudiantil—y ese porcentaje continúa incrementándose—, mientras que los maestros latinos constituyen solo el 8% de los docents de todo el país, y los maestros hispanos varones que son totalmente bilingües son todavía menos.

Juárez es muy consciente de que es una rareza en el sistema educativo norteamericano: maestro, bilingüe y latino. “No hay suficientes maestros bilingües”, dice.

Y tiene un punto válido: en Texas, los funcionarios de la educación estiman que casi un millón de estudiantes requieren ayuda con sus aptitudes en ingles o dependen de maestros hispanohablantes para que les ayuden.

Estos números podrían ser desalentadores para algunas personas, pero para Juárez son una oportunidad de crecimiento. Él afirma que en este caso es donde su experiencia como inmigrante de los Estados Unidos le ha sido de ayuda en su salón de clases de quinto grado.

”Quiero que mis alumnos me vean, que se motiven a decir: ‘Ey, yo también puedo hacerlo. Sí, se puede’”, dice. “Tenemos que ayudarles a que se den cuenta desde pequeños que sus sueños son posibles. Si esperamos hasta la escuela secundaria, puede ser demasiado tarde. Hay que comenzar temprano a hablarles sobre su educación superior, sus opciones, a meterles esas ideas en la cabeza”.

Ese fue otro motivo por el que Juárez se involucró en la Parent Teacher Association de Lipscomb Elementary, para poder ayudar tanto a los estudiantes como a los padres a expandir sus ideas sobre lo que es posible, para sus familias y para ellos mismos.

“Tener a PTA en nuestra escuela nos ha ayudado a comprar materiales de ciencias, a pagar excursiones y a traer programas a la escuela. PTA ayuda a que se hagan muchas cosas en la escuela. Es muy beneficioso involucrarse”, explica.

Ha cumplido la función de director de membresía de la PTA de Lipscomb Elementary y sigue conectado para ayudar a las familias. Juárez quiere que todos los padres sepan que unirse a PTA es un modo sencillo de entender major cómo funciona el sistema educativo y saber qué ocurre en la escuela de sus hijos.

“Les digo a los padres que ser miembro de PTA es una parte de ser responsables de la educación de sus hijos”, explica Juárez. “Es una inversión, una inversion mínima en comparación con lo que se recibe a cambio. Es muy valioso estar en PTA. Algunos padres dicen que no tienen tiempo, pero la verdad es que no es mucho tiempo cuando vemos lo que obtienen los padres y los estudiantes y la escuela. Me alegra mucho haberme involucrado en PTA”.

Toda la pasión y el esfuerzo de Juárez no han pasado desapercibidos. En 2015, Juárez fue uno de los nueve maestros beneficiados por DACA que fueron homenajeados por el Expresidente Barack Obama en la Casa Blanca por su liderazgo en el salón de clases y en la comunidad.

“Hubo dos cosas fundamentales que me sucedieron que me cambiaron la vida: una fue venir aquí (a los Estados Unidos) y la otra recibir DACA”, cuenta Juárez.

DACA en Números

  • 800,000 jóvenes indocumentados han sido ayudados por el programa DACA. (Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos)
  • Hay 20,000 inmigrantes con protección del DACA trabajando como educadores; casi 9,000 trabajan en las escuelas públicas de nuestra nación. (El Instituto de Política de Migración)
  • Alrededor del 22% de los inmigrantes indocumentados tienen menos de 25 años. (El Departamento de Seguridad Nacional)

“Antes de eso no estaba seguro de qué iba a hacer, pero DACA ha sido una bendición”.

A pesar de que el Presidente Trump ha tratado de poner fin al programa DACA, la iniciativa está actualmente paralizada en los tribunales mientras sus defensores luchan por mantenerla con vida. Para Juárez, cuya elegibilidad vence en la primavera de 2020, pelear para conservar DACA es parte de su deseo de involucrarse en PTA y hacer defensoría, en especial a aquellos que no pueden defenderse solos.

“Tengo que contar mi historia. Por supuesto que me preocupa que termine, pero tengo que hablar porque se dicen muchas falsedades acerca de los inmigrantes. Las personas no escuchan suficientes buenas historias”, dice. “A muchos de nosotros nos va bien gracias a DACA y las oportunidades que este país tiene para ofrecer y tenemos que contrarrestar toda la negatividad que hay”.

Juárez añade que es activista por sus estudiantes. Si DACA termina, los distritos escolares de todo el país, incluido en el que trabaja Juárez en Dallas, podrían perder muchos maestros bilingües, que son tan necesarios. Solo en Texas, eso representaría a más de 2,000 educadores.

“Estamos aquí para colaborar con un país que nos ha abierto sus puertas, y quiero que mis estudiantes—que son todos latinos—vean que hay esperanza de cambio, una esperanza que [les] ayudará a tener éxito”, dice Juárez. “Cuando se pierde la esperanza, se acaba todo. Por eso, tengo muchas esperanzas para seguir peleando por los estudiantes, y por todos nosotros”.

Criada en Puerto Rico, Patricia Guadalupe es periodista multimedia bilingüe y vive en Washington, DC, donde cubre la capital tanto para medios de comunicación en inglés como en español.

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